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Celebración ancestral en las zonas rurales de Huaraz: El Watakuy y la tradición de las cruces de campo

En los días comprendidos entre el 29 de enero y el 2 de febrero de 2024, las comunidades de las zonas rurales de Huaraz han vibrado al ritmo de una ancestral tradición: la celebración del Watakuy en honor a las cruces de campo. En un evento que ha reunido a las comunidades de marian, unchus, chequio, pongor, y otras áreas, se ha llevado a cabo un emocionante proceso de recoger, amarrar y adornar las cruces, sumergiendo a todos en una experiencia cultural única.

La tradición comienza con los mayordomos, quienes, acompañados de chicha, caja flauta o roncadora, recogen las cruces de campo. Estos símbolos sagrados, cargados de significado, son posteriormente adornados con machitos y flores vivas, marcando el inicio de la festividad que culminará con el Watakuy, también conocido como la adornación.

Al igual que en otras regiones, el Watakuy es llevado a cabo por el "amarrador" o adornante, conocido como Wataq en Quechua. Desde el día de la colocación de las cruces, coincidiendo con un martes, hasta el último día de la festividad, el Wataq asume la responsabilidad de todos los aspectos, desde los gastos de renovación y decoración hasta la organización del banquete común.

La labor ritual y festiva del Wataq abarca desde la colocación de la cruz en su altar real hasta la renovación total de la misma. La planificación y ejecución de actividades, tanto religiosas como prácticas, son fundamentales en su rol. Siendo agricultor, el Wataq se involucra en la siembra de papas, cereales y la crianza de animales como cuyes y ovejas, con el propósito de preparar la comida para el día de la celebración.

La semana del "rearmado y adornado" inicia el lunes, una semana antes de los días de misa. Durante este período, que abarca desde el lunes hasta el viernes, se lleva a cabo el proceso de renovación total o parcial de la cruz. Se mantiene o cambia la cruz base de madera, y sobre ella se construye y amplía el cuerpo con carrizo, manteniendo la simetría en su distribución. El romero y las flores andinas, llamadas "machitu" o "lihun", son cuidadosamente tejidos en el armazón, y las flores naturales son pintadas de plateado. Los postizos o adornos artificiales, que pueden incluir flores, mariposas o pájaros, son colocados según la voluntad del Wataq. En el centro se ubica un cuadro o imagen religiosa, conocido como "Corazón", y se completa con un ramillete de romero en la parte inferior.

El banquete ofrecido por el Wataq es un gesto generoso destinado a todos los participantes, asistentes, amarradores especializados, cargadores y demás funcionarios presentes. En la mesa, se sirven manjares como kuway tanta (pan de trigo), Haka Kashki (papa con cuy), llunka Kashki (sopa de trigo con carne de cordero) o puchero, acompañados por chicha de maíz fermentado.

El Watakuy no solo representa una celebración festiva, sino también un evento que une a la comunidad en torno a sus tradiciones ancestrales, fortaleciendo los lazos culturales y espirituales que han perdurado a lo largo del tiempo en las zonas rurales de Huaraz. La conexión con la tierra, la historia y la espiritualidad se renueva con cada cruz adornada, haciendo de esta tradición un legado preciado que trasciende generaciones.

Fuente: Cruzandes SA

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