Vladimir Cerrón, líder de Perú Libre (PL), ha declarado desde la clandestinidad después de ser condenado a tres años y seis meses de prisión efectiva en el caso 'Aeródromo Wanka'. Aunque asegura encontrarse en Perú, niega entregarse a la justicia.
Cerrón, con paradero desconocido, justifica su permanencia en el territorio peruano argumentando la necesidad de continuar la "lucha política" de su partido. A pesar de haber recibido cuatro propuestas de asilo de países no revelados, decidió rechazarlas respetuosamente, sin revelar los nombres de dichas naciones.
"No estoy fuera del país, ni pienso estarlo, porque la lucha política del partido es aquí en nuestra patria. Agradezco a cuatro países hermanos que se interesaron en querer ayudarnos para salvaguardar nuestra integridad. Respetuosamente hemos agradecido y no hemos tomado esas ofertas", comentó Cerrón en una entrevista a Correo, evitando divulgar los nombres de los países por razones conocidas.
En cuanto a la posibilidad de entregarse a la justicia, Cerrón sostiene que no lo hará debido a lo que él considera un pasado injusto. Argumenta que, cuando lo hizo anteriormente, fue despojado de su cargo de gobernador de Junín, se le inhabilitó del ejercicio público y se le impuso una elevada reparación civil. A pesar de ello, la sentencia fue suspendida en agosto de 2023, y Cerrón cuestiona quién restaurará sus derechos violados.
Vladimir Cerrón concluye reiterando que es víctima de una persecución política, percibiéndose a él y a su partido como una amenaza política. Asegura que el objetivo es inhabilitar su figura política y proscribir al partido para eliminarlo del panorama político, siendo este el único partido contestatario de la izquierda popular.