En la búsqueda de seguir una carrera en Ciencias de la Comunicación, es esencial desmitificar las expectativas que rodean a esta profesión apasionante. Con frecuencia, circulan mitos y algunas verdades que es necesario abordar para comprender a fondo la realidad de esta disciplina.
Uno de los mitos más difundidos es la creencia de que estudiar Ciencias de la Comunicación automáticamente garantiza el acceso a la televisión. Esta percepción es desmentida, ya que muchos rostros en la pantalla chica no han cursado esta carrera. Aunque no sea un requisito obligatorio, los cursos relacionados con desenvolvimiento escénico y locución son parte integral de la formación en Ciencias de la Comunicación.
Otro mito a derribar es la idea de que los comunicadores sociales pueden despedirse de las matemáticas. Contrariamente, estadísticas, encuestas y ratings son elementos cotidianos en la vida de un comunicador social. Los números no son ajenos, sino que se convierten en insumos esenciales y herramientas fundamentales para el ejercicio profesional.En cuanto a la relación entre Ciencias de la Comunicación y el periodismo, es un error asumir que todo estudiante de comunicación se convierte automáticamente en periodista. Si bien todo periodista es un comunicador social, la inversa no es necesariamente verdadera. Las Ciencias de la Comunicación abarcan un espectro amplio, que incluye:
Comunicación Internacional: Elaboración de estrategias para facilitar interacciones entre estados, empresas, instituciones y personas mediante los medios de comunicación, contribuyendo a la comprensión global y la diplomacia comunicativa.
Comunicación para el Desarrollo: Diseño de políticas, estrategias y proyectos de comunicación para impulsar el desarrollo de comunidades, facilitando el ejercicio de sus derechos y capacidades.
Comunicación Corporativa: Gestión de la comunicación interna y externa de una empresa, abordando aspectos como manejo de crisis, gestión de imagen, responsabilidad social e identidad corporativa.
Comunicación Audiovisual: Creación de contenidos en audio y video para múltiples plataformas, abarcando redes sociales, cine, televisión, ficción y documental, con enfoque en todo el proceso de producción.
Fotografía: Captura de imágenes publicitarias, paisajísticas, deportivas, retratos, entre otras, incluyendo funciones de reportero gráfico y edición de imágenes.
Publicidad: Desarrollo de estrategias y campañas para posicionar marcas mediante mensajes creativos e innovadores sobre productos o servicios.
Diseño Gráfico: Transmisión de ideas a través de la comunicación visual, plasmando mensajes para distintos públicos mediante imágenes, bocetos, dibujos y diseños.
Periodismo: Recopilación de información relevante para plasmarla en noticias difundidas en diversos medios de comunicación.
Finalmente, un mito arraigado se vincula con la estética, sugiriendo que para estudiar Comunicaciones se requiere ser telegénico o poseer una voz específica. En la actualidad, la importancia recae en el contenido y la propuesta de valor que uno aporta, desafiando la noción de que la apariencia es determinante en esta profesión. Más allá de la estética, lo crucial es el contenido y la capacidad de contribuir a la disciplina, independientemente de los estándares tradicionales de belleza. Esta es la verdad que define la era contemporánea de las Ciencias de la Comunicación.