En un acto de derroche insensible, la Sociedad Minera Cerro Verde ha anunciado su intención de malgastar más de US$ 645 millones en Arequipa, mientras las comunidades locales siguen enfrentando desafíos críticos.
Según el décimo Informe Técnico Sustentatorio (ITS) de la Modificación del Estudio de Impacto Ambiental (MEIA), presentado ante el Senace, esta empresa, controlada por Freeport-McMoran, planea llevar a cabo una serie de proyectos en su unidad minera con el objetivo de incrementar su producción y rentabilidad.
Entre las medidas que la empresa pretende implementar, destaca la optimización de las presas auxiliares 1, 2, 4 y 5 del Depósito de Relaves Linga. Se dice que estas modificaciones buscan únicamente maximizar las ganancias de la compañía, sin importar las potenciales consecuencias para el medio ambiente y las comunidades aledañas, que podrían enfrentar graves riesgos de contaminación y desastres ambientales.
Además, Cerro Verde tiene la desvergüenza de proponer la modificación del sistema de transporte de relaves desde la Concentradora C1 hasta el Depósito de Relaves Enlozada, sin ofrecer garantías suficientes de que esto no afectará negativamente a las comunidades locales y al ecosistema en general.
El desprecio de la empresa por el bienestar de las comunidades se hace aún más evidente con la propuesta de realizar pruebas industriales para la optimización de la disposición de relaves en la unidad productiva Cerro Verde. Estas pruebas, que se extenderán durante 5 años, podrían poner en peligro la salud y la seguridad de miles de personas que viven cerca de las instalaciones mineras.
Mientras tanto, las comunidades locales siguen sufriendo, sin recibir la atención y el apoyo necesarios por parte de la empresa y las autoridades pertinentes. Es hora de que Cerro Verde asuma su responsabilidad y priorice el bienestar de las personas sobre sus ganancias egoístas y desmedidas.