El periodista ecuatoriano José Luis Calderón se convirtió en uno de los protagonistas involuntarios de un ataque terrorista que tuvo lugar en las instalaciones del canal TC Televisión. El pasado 9 de enero, un grupo armado irrumpió en el estudio, tomando a Calderón y a otros como rehenes. El periodista fue amenazado en vivo con armas y dinamita, mientras pedía que no le hicieran daño.
Calderón relató el difícil momento que vivió durante la irrupción terrorista. Los captores lo amenazaron con una escopeta y colocaron un explosivo en su chaqueta, advirtiendo que matarían a todos si la Policía intervenía. Gritos y disparos de fondo se transmitieron en vivo mientras la audiencia seguía la transmisión.
Más de una semana después del asalto, Calderón compartió sus impresiones con La República. En medio de la conmoción, el periodista destacó la valentía de los trabajadores de TC Televisión y expresó su preocupación por la ola de violencia que ha afectado a Ecuador en los últimos años. Según cifras del Gobierno, las muertes violentas se duplicaron en 2023, alcanzando la cifra de 8,008.
La tragedia tomó un giro más sombrío con el asesinato del fiscal César Suárez, quien investigaba el asalto al canal. Calderón considera este hecho como una crisis de seguridad, subrayando la necesidad de asistencia internacional para hacer frente a la creciente amenaza terrorista en el país. Más de 40 naciones se comprometieron a ayudar, y se espera la llegada de un equipo de militares estadounidenses para brindar apoyo logístico, estratégico e inteligencia.
El periodista expresó su esperanza de que las autoridades ecuatorianas, encabezadas por el presidente Daniel Noboa, puedan manejar la situación. Sin embargo, destacó la urgencia de la cooperación internacional y la presencia militar en las calles para restaurar la calma en el país.
En reconocimiento a su actitud y valentía durante el asalto, la Asamblea Nacional de Ecuador entregó a José Luis Calderón un reconocimiento. El presidente del Parlamento, Henry Kronfle, elogió la templanza y serenidad demostrada por el comunicador y sus colegas durante el ataque terrorista.