El descontento en Puno crece ante la posibilidad de una visita de la presidenta Dina Boluarte y algunos ministros con motivo de la festividad de la Virgen de la Candelaria. Familiares de las víctimas de las protestas en diciembre de 2022 y enero de 2023 consideran que esta visita sería percibida como una "ofensa".
Raúl Samillán, presidente de la Asociación de Mártires y Víctimas del 9 de enero de Juliaca, expresó su rechazo, indicando que no solo los familiares afectados mostrarían su descontento, sino también los ciudadanos en general de las 13 provincias puneñas. "Hago un llamado a la señora Boluarte para que nos permita convivir con nuestro duelo, que no nos provoque, que no exacerbe el sentir de los pobladores de Puno", señaló Samillán.
El ministro de Comercio Exterior y Turismo, Juan Carlos Mathews Salazar, informó que la presidenta no descarta viajar a Puno, a pesar del malestar generado durante su visita a Ayacucho. Esta noticia ha intensificado la preocupación en la región.
En Cusco, se cumplió el primer día de paro por el caso Joinnus-Machu Picchu, con negocios cerrados en un 80%, movilizaciones y bloqueo en algunos tramos de las vías del tren. Además, se exige la destitución de la ministra de Cultura, Leslie Urteaga.
El alcalde de Puno, Javier Ponce Roque, advirtió que la llegada de Boluarte sería una "catástrofe social" y podría revivir problemas sociales del pasado. La situación se mantiene tensa, y los ciudadanos puneños esperan claridad sobre la posible visita presidencial.