Minería del futuro: ¿El nuevo rol del comunicador?
Por Frank Lázaro
En una era donde la comunicación desempeña un papel crucial en la sociedad, las organizaciones se ven enfrentadas a desafíos sin precedentes en el manejo de sus relaciones con la comunidad y la gestión de conflictos. En este contexto, el rol del comunicador adquiere una relevancia insospechada, particularmente en sectores de alto impacto como la minería.
Sandra Carrillo, Gerente de Pacific Corporate Sustainability, nos sumerge en la importancia de la comunicación en una industria como la minería. La evocación de conflictos sociales en este ámbito es inevitable, pero es precisamente en estos momentos críticos donde la figura del comunicador se vuelve esencial. Su capacidad para la gestión de crisis y, aún más importante, su visión para prevenir futuros conflictos, hacen de ellos actores vitales en el panorama corporativo.
El experto Manuel Santillán, docente y coordinador del área de Comunicación Corporativa de la Carrera de Comunicación de la Universidad de Lima, sostiene que los conflictos sociales pueden afectar de manera definitiva el entorno competitivo de las organizaciones, e incluso su cadena de valor. Es aquí donde el papel del comunicador cobra una importancia indiscutible. No obstante, la realidad muestra que muchas organizaciones no consideran a los comunicadores en la planificación estratégica de su responsabilidad social. Esto conlleva a una falta de flexibilidad para convertir acciones de responsabilidad social en medidas reactivas y oportunas que puedan mejorar el entorno y minimizar el impacto de los conflictos.
Sandra Carrillo añade que, en el marco del conflicto social, la comunicación suele ser relegada a un segundo plano, siendo vista como una herramienta reactiva. La tendencia es a pensar que un problema solo se convierte en crisis cuando hay una paralización o violencia. Sin embargo, la prevención y la gestión proactiva de situaciones de conflicto requieren de una visión más amplia y un enfoque estratégico en la comunicación corporativa.
Es evidente que no se puede cargar únicamente en la comunicación la responsabilidad de la gestión o prevención de una crisis. Es necesario que esta trabaje en conjunto con otros profesionales y actores clave para promover la Responsabilidad Social Empresarial (RSE) y la sostenibilidad de la empresa. La comunicación debe ser parte de un esfuerzo más amplio que aborde factores estructurales y el desarrollo local. En última instancia, los conflictos sociales suelen surgir de la insatisfacción de la población por la falta de mejoras en su calidad de vida, lo que va más allá de un problema comunicacional.
Entonces, ¿cuál es la fórmula para una comunicación eficaz en situaciones de conflicto? No existe una respuesta única, ya que cada contexto es diferente. Sin embargo, Sandra Carrillo nos brinda algunas pautas para elaborar una estrategia comunicativa efectiva. En primer lugar, es crucial mapear a todos los actores involucrados, identificando tanto a las autoridades como a los posibles líderes formales y potenciales líderes informales que puedan influir en la situación. A partir de esta identificación, se pueden desarrollar mensajes y estrategias de relacionamiento con cada stakeholder, con el objetivo de mejorar el clima social y establecer objetivos e indicadores concretos.
Para Manuel Santillán, identificar indicadores es esencial en cualquier proyecto de RSE y sostenibilidad empresarial. Cada grupo de interés tiene expectativas específicas, y la comunicación debe ser capaz de satisfacer esas necesidades de información de manera oportuna y efectiva. Además, el uso del storytelling corporativo puede ser una herramienta valiosa para construir una relación sólida con los grupos de interés y fortalecer la marca.
En resumen, la comunicación es una oportunidad única en la búsqueda de la sostenibilidad empresarial. Sin embargo, no se trata de una solución única, sino de un enfoque multidisciplinario que requiere la colaboración de diferentes profesionales y actores clave. El comunicador desempeña un papel esencial en la prevención y gestión de conflictos sociales, pero su labor debe ir más allá de la comunicación tradicional. La clave está en la integración de estrategias de RSE, la creación de valor compartido y la colaboración con otros actores para lograr un impacto perdurable en la sociedad. La comunicación no solo debe comunicar, sino también interpretar y generar valor tanto para la empresa como para los stakeholders. Es un camino hacia un futuro de sostenibilidad y responsabilidad social empresarial.